"Los desafíos de la competición pueden estimular y agradar. Pero cuando vencer al adversario tiene prioridad en la mente sobre hacerlo lo mejor posible, el disfrute tiende a desaparecer. La competición solo es agradable cuando es un medio para perfeccionar las propias habilidades; cuando llega a ser un fin en si misma, deja de ser divertida"
(Atardecer desde el club)